Somos muchos los que a
través del tiempo hemos coincidido en una valoración hacia nuestros padres con
motivo de nuestra educación.
En el momento en que
aún éramos muy niños y ellos habían de tomar las decisiones por nosotros,
decidieron matricularnos y llevarnos a estudiar al Instituto de Enseñanza Media
Ramiro de Maeztu. Y no sin gran esfuerzo por su parte. En nuestro caso,
mientras fuimos pequeños, había que llevarnos desde el barrio de la Prosperidad
hasta Serrano y recogernos cada día para hacer el trayecto inverso, siempre
andando por aquel entonces. No sería hasta varios años más tarde cuando ya
pudimos manejarnos solos y hacer la ida y vuelta en tranvía o autobús y más
tarde aún cuando ya pude ir y venir en bicicleta.
Considero que en el
caso de mi hermano José Ramón y mío, y me consta que en el de muchos más
alumnos de diversas promociones, no sólo la nuestra, es una decisión que no les
habremos agradecido lo suficiente en vida. En nuestro caso, ahora que ya no están,
nuestro pequeño homenaje, unido a su recuerdo, por el gran acierto que tuvieron
al mandarnos al Ramiro.
No sólo la formación
académica fue muy importante. ¿Qué me decís de la formación integral del
individuo que propugnaba don Antonio Magariños gracias al deporte? Tanto para
José Ramón como para mi, el Estudiantes fue una escuela de vida, adicional a la
Escuela de la calle Serrano.
Por eso me gusta tanto
y me inspira el cartel que pende de las paredes del Polideportivo Magariños…
Nada me agradaría más
que conocer vuestra opinión al respecto y que podéis dejarla escrita mediante
la inclusión de un comentario al pie de esta entrada.
En homenaje a
todos nuestros padres y educadores.
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